“¡Vigilen los cielos!” es la pequeña frase que, semana tras semana, enuncia emotivamente Anthony Choy tras un largo programa de tres horas en radio Capital. Lleva más de 5 años al aire, 14,000 llamadas contestadas y 500 programas emitidos. El éxito de Viaje a Otra Dimensión es rotundo y su carrera como investigador de lo paranormal también. La pasión por encontrar la verdad y su afición por lo desconocido, ha llevado, con la sencillez que lo caracteriza, a que su nombre sea de importancia para la ufología peruana. Entrevisté a Anthony el sábado pasado y el resultado fue una amena conversación de 10 preguntas con respecto a lo paranormal.
La entrevista:
P: Ejerces el derecho como profesión, pero terminas siendo un ufólogo influyente del medio. ¿Cómo se define entonces Anthony Choy? Para todos tus oyentes sigues siendo el “Dr. Anthony”.
R: Soy una persona que busca la verdad. Soy muy curioso y quiero saber la verdad de muchos misterios de la vida, el hombre y el universo. Mi profesión es ser abogado. Tengo dos maestrías: una en Comunicación Social por la Católica y otra en Defensa en Desarrollo Aeroespacial por la Escuela de Guerra de la Fuerza Aérea. [El derecho] es una profesión que me permite vivir y seguir adelante, pero mi pasión es la búsqueda de la verdad a través del periodismo de misterio.
¿Sientes que tu trabajo como investigador de lo paranormal te entretiene más, o es sólo relativo?
No creo que la palabra sería “entretener”. De alguna manera, uno estudia una profesión, la termina y la ejerce; pero a lo largo de la vida suceden una serie de incidentes y hechos que hacen que uno vaya descubriendo la verdadera vocación en la que estará. Uno se da cuenta que no es solamente lo que te gusta, sino lo que haces bien, por lo que ya no te distraerá. Es algo que forma parte apasionante de la vida propia, algo con lo que no se podría vivir sin ello. No es que me distraiga más que al derecho, solo que se descubren nuevos intereses que se van volviendo más interesantes.
Viajaste a Washington para una conferencia donde se trataron temas con respecto a la “no divulgación de la existencia extraterrestre por parte del gobierno americano”. ¿Qué tanto significa para ti encontrar esa verdad oculta?
Han sido dos veces en la que he estado ahí. La primera fue en el 2007 y la última en abril [de este año]. Estuvimos en las audiencias ciudadanas administradas por un grupo militante en Washington llamado Paradigm Research Group (o Grupo de Investigación Paradigma, en español). Lo que trata este grupo no es tanto la búsqueda de vida extraterrestre, ya que esta está siendo, actualmente, hecha por todas las agencias espaciales: la NASA, por ejemplo, con en sus departamentos de exobiología (búsqueda de vida extraterrestre, llámense microorganismos o cualquier rasgo de vida inteligente), o el SETI, que busca mediante señales de transmisión radial a civilizaciones inteligentes-avanzadas.
Lo que a mi me ha dado visitar Washington es una visión mucho más completa de lo que es el fenómeno OVNI en el mundo, de la presencia de civilizaciones extraterrestres que interactúan con la humanidad no ahora, sino desde hace miles de años y con la posibilidad de que nosotros seamos creación de estas (afirmación que digo y la ciencia va a rechazar, pero hay mucha evidencia al respecto), de la confirmación de muchas cosas que yo pensaba o estaba en duda, u otras que me ha aclarado y las he tachado. Por otro lado, el gozo magnífico de poder compartir información, conversar e interactuar con lo más graneado de la ufología a nivel mundial: gente a la que uno ve en televisión, cine, o libros.
¿Cuánto significaría para Anthony Choy la revelación de que la vida extraterrestre existe?
La pérdida de chamba, ¡claro!, supuestamente uno está en esto es porque está buscando la verdad. Si aparecen ellos diciendo “¡Acá existimos!” entonces… ¡se me acabó el trabajo! (risas).
Creo que la pasión está no solamente en lograr o llegar a una confirmación, sino el camino, el transcurrir, que es lo que también apasiona. En la búsqueda, una cosa es encontrar el objetivo, pero también es apasionante el cómo llegas una conclusión. Llegar a la meta y el caminar a la meta son ambas muy interesantes.
Eres cristiano. ¿Supone la creencia en seres ajenos a tu credo un impedimento alguno para seguir teniendo esperanzas en que la humanidad encuentre a una raza superior?
No, para nada. Yo soy de familia católica y practicante. De hecho yo integro un grupo carismático: Bodas de Caná. Nunca se me ha ocurrido por ningún lado de que la búsqueda de la verdad choque con mis creencias. Aún más, creo que esa búsqueda puede llegar a un momento en el que pueda contradecir lo que yo creía… ¡en buena hora!
Más que adoptar una religión, creo que por encima de todas las religiones hay una fuente de energía y conocimiento que es la que, de una manera, las uniformiza. Habiendo una fuente de conocimiento muy grande, las religiones son meras interpretaciones de esa fuente única de conocimiento y cada una las ha interpretado de diferente manera: el budismo, el catolicismo, el hinduismo. Todas acercándose en menor o mayor medida a la verdad imponiendo libros sagrados y castas sacerdotales que son totalmente innecesarias dado a que son intermediarias entre nosotros y la verdad.
Son una burocracia de la verdad.
Yo creo que hay que diferenciar lo religioso de lo espiritual. Uno debe ir más allá, a las verdades espirituales. En ese sentido, para mí nunca ha sido ninguna contradicción el pensar que exista un dios todopoderoso y benefactor ni benevolente que haya creado vida aquí, sino en millones de planetas. No tiene por qué chocar mi fe con la búsqueda de la verdad.
La historia ha estado repleta de mentiras y engaños por parte de los gobiernos. ¿Crees que realmente nos tratan de ocultar las cosas o se trata de una especie de paranoia colectiva?
Siempre se han ocultado las cosas. Desde que el hombre existe se han ocultado las cosas. Cuando en la época primitiva un sacerdote se dio cuenta que podía manipular mediante las creencias, lo hizo y ocultó cosas al mismo tiempo que dijo otras cosas que no las dijo. Siempre ha habido ocultamiento. El problema acá es de que hay que entender el fenómeno ovni y la difusión de estos misterios dentro del contexto de cómo funciona la sociedad humana: está organizada de manera jerárquica y con el elemento del poder que unos manejan a otros; por ende, se utiliza la religión, la política y las armas para manipular. A lo largo de los siglos, se empieza a encontrar información con respecto al fenómeno ovni y la vida después de la muerte: información que liberaría a la gente. Si nosotros sólo pensamos de que somos seres libres con el cual dios está dentro de nosotros y no nos tenemos que depender de nadie para eso, ¿entonces cómo nos pueden manejar? Las religiones nos manejan diciéndonos "pórtate bien porque si te portas mal irás al infierno y para ir al cielo tienes que pasar por mí, confesar tus pecados, etc. etc.”. El poder político ha hecho que se haya ocultado la verdad porque esto ha servido para manejar, manipular y dominar a la gente.
Las teorías de conspiración suelen mover masas y crean dudas y expectativas, en su mayoría, falsas o ambiguas. ¿Es bueno siempre dudar o cuestionar públicamente? ¿Qué tanto es bueno hacerlo? ¿qué tanto no? Mira lo que pasó con las creencias del fin del mundo hace poco: se desato un pánico mundial…
Siempre dudar. Estamos viviendo en la sociedad de la información, la tercera revolución. La tecnología ha hecho que toda la tierra sea una gran aldea global como decía Marshall McLouhan. Sin embargo la pregunta es ¿estamos más comunicados que antes? El 80% de los medios de comunicación escritos están en mano del grupo El Comercio. En Estados Unidos, al alquilar un servicio de cable te ofrecen 200 canales (deportes, turismo, gastronomía) pero solo uno es por donde se entera la información, CNN. Los grandes oligopolios y monopolios en comunicación hacen que la persona no esté más comunicada, puesto que dan solo una versión de las cosas. Interactuamos más en relaciones humanas cuando uno posee una tableta, o un smartphone en el cual solo vemos lo que nos dicen: qué hacer, qué ver y cómo comunicarnos (que pueden ser pocos canales [de comunicación] como Yahoo, Gmail, Facebook o Twitter). A su vez estos pocos canales de comunicación están conectados a los departamentos de seguridad de los E.E.U.U. ¿Estamos más comunicados o menos comunicados? Creo que hay una gran ilusión de que nos estamos comunicando más. Con esto surge información y, sobretodo, desinformación que desemboca en las grandes teorías de conspiración: que no es sino la especulación en la cual se dice mitad verdad y mentira para que sea más creíble.
Por ejemplo, cuando hablan del fenómeno ovni en un ámbito real (donde interactuamos con civilizaciones no terrestres que conviven con nosotros), surge un tipo llamado David Icke que nos expone acerca de los “reptilianos”. Afirma que la reina Isabel y la princesa Diana fueron reptiles disfrazados de seres humanos. Al final no sabes si es verdad o mentira. Haces un sancochado y no crees en nada. Eso se llama desinformación y manipulación de la información que se hace a través de las teorías de conspiración. Debemos dudar siempre.
En base a tu experiencia y viajes constantes, ¿Es el Perú una cantera de lo paranormal?
¡Sí! Y no solamente eso, [el Perú] es una de las cinco lugares donde surgió la civilización humana junto con Egipto, India, Mesopotamia y la zona Maya. Por lo mismo que es una zona muy antigua de ocho mil años, pareciera que hay una cantidad de información y energía que se da en estas zonas que se manifiestan a través del fenómeno ovni (el Perú es uno de los principales países a nivel mundial donde se dan mayor cantidad de avistamientos ovni) o fenómenos paranormales que ocurren en todo el mundo, pero el Perú tiene la característica de que estos fenómenos se alimentan mucho de las culturas ancestrales. Una cosa es que ocurra un fenómeno paranormal o avistamiento ovni en Amity Ville o en una ciudad en Nueva Inglaterra (como en la película El Conjuro); y otra que ocurra en una Huaca con más de cuatro mil años de antigüedad o en una ciudad tan antigua como Caral. Esta característica le da sustancialmente otro tipo de conocimiento e información que ocurre solamente países tan antiguos como el Perú.
Afirmaste alguna vez en una revista local que “muchas personas exageran con el fin de que les crean” ¿Las llamadas que recibes cada fin de semana dan fe de esa premisa?
Sí. Hay mucha gente que interviene en la radio para tener cinco minutos de fama, para exagerar, para impresionar a la enamorada, por ilusos. Yo creo que la mayor parte que llama a Viaje a Otra dimensión, es gente a la cual le ha pasado algo o le ha pasado a una persona que conoce y quiere más información. Tiene la necesidad de hablar y compartir esta experiencia porque se da cuenta de que no hay otro canal de comunicación a nivel de medios en el Perú que tenga esa libertad con la cual la persona se pueda expresar. Tú que te has estado acá, no hay ningún tipo de censura. Las llamadas entran de frente. Es un logro que después de catorce mil llamadas no haya habido ninguna llamada para insultar o mentar a la madre a alguien, ¡porque podría pasar! Gente que en realidad cuenta cosas que les ha pasado. Puede haber un porcentaje de personas que sean mitómanas o que se inventen historias, es posible. Pero uno se dando cuenta, después de tantas llamadas, por dónde se van las cosas. Se puede distinguir entre los que inventan y los que realmente si tienen la necesidad de compartir lo que les ha pasado.
¿Tienes la paciencia para eso?
Uno puede tener paciencia porque puede decir “bueno, es una chamba y uno tiene que hacerlo para ganar plata…que me queda”. En mi caso, es una pasión conversar con la gente. Escuchando a los oyentes corrobora lo que yo pensaba o lo que otras personas que han llamado han dicho. Para mí, un buscador de la verdad, tener esta data de información a torrentes…¿¡qué te va a aburrir, qué no te va a gustar!? No es un trabajo: es una pasión el conversar con las personas. No solo por el tema de la búsqueda de información sino compartir con la experiencia humana que nos brindan las personas es una cosa impagable, intransferible.
Pese a todo, ¿Te consideras escéptico para algo?
Hay una cosa después de 14 años de investigación, de 5 años de estar en la fuerza aérea y 5 años de estar al aire en Capital. ¿Que si yo me he vuelto más creyente en el tema? Me he vuelto más escéptico. Escéptico no en el sentido de no creer en esto, sino de aprender a “separar la paja del grano”, de diferenciar la información que hay. De entender también que hay un 85% información con respecto al tema paranormal/ovni que tienen explicación: manipulaciones, confusiones, gente de buena fe que se confundió. Pero que hay 15% de información de casos, experiencias que francamente no tienen explicación dentro de la óptica de la ciencia, casos que rompen la realidad y lo fáctico ya que complejizan el concepto de realidad que tenemos o al menos nos aterrizan en lo que verdaderamente es la realidad. Una realidad multidimensional más amplia que la tridimensional: existen planos de realidad que conviven con este y que están llenos identidades que viven e interactúan. Estas están conectados con una fuente de información (llámala como tú quieras: Dios, Yahveh, Jehová…) y que hay una energía que maneja todo esto: el amor, esta está en nuestro interior brindándonos información.
Nosotros somos chispa divina, todos estamos conectados con todos. Lo que es arriba es abajo. No habría necesidad de buscar la verdad, simplemente recordar de dónde venimos y hacia dónde vamos. ¿De dónde venimos? Del Cosmos ¿hacia dónde vamos? Hacia el cosmos. Que esta vida no es la única. Nuestra vida es esencialmente algún transcurrir de muchas vidas a lo largo de los siglos y que nuestra esencia es espiritual. Por lo tanto, ¿qué es el ser humano? Es una esencia espiritual que en estos momentos está teniendo una experiencia terrenal y no al revés (que somos un cuerpo que alberga un alma). Nuestra esencia verdadera es álmica y espiritual que está viviendo una experiencia pasajera de tipo material-terrenal.
Por Alexandro Valcarcel // 21 de Setiembre del 2013
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